(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 27 de Febrero de 2007)
La enfermedad de Huntington es un proceso
neurodegenerativo, de herencia autosómica dominante donde como
manifestaciones predominantes se presentan además de demencia, corea y
distonía. La identificación del gen responsable de la enfermedad en 1993
ha estimulado la investigación sobre esta enfermedad en la última
década. En sujetos de raza blanca su prevalencia oscila entre 5-7 casos
por 100.000 habitantes. En F. O. Walker.
Huntington's disease. Lancet 369 (9557):218-228,
2007; se revisan algunos aspectos de la enfermedad.
La enfermedad puede no manifestarse
durante periodos de tiempo de variable; en este periodo prediagnóstico
podemos encontrar como únicos hallazgos clínicos una mayor irritabilidad
y ansiedad crecientes. Durante la fase de diagnóstico se hacen patentes
incoordinación motora, corea y distonía con nistagmus. Además de la
corea y la distonía y de forma independiente, una característica de la
evolución a una mayor severidad de la corea de Huntington es la
imposibilidad de mantener una contracción voluntaria de un músculo, lo
que origina frecuentes cambios de reposición postural compensatorios
(signo de impersistencia motora). El control de los movimientos finos,
como puede ser el movimiento de los dedos se alteran precozmente en la
enfermedad. El control de los movimientos groseros, como el control de
la posición corporal se alteran en las fases tardías de la enfermedad.
La progresión de los defectos motores y cognitivos eventualmente
ocasiona la muerte del paciente por disfagia, inanición o síndrome
aspirativo. El periodo de latencia entre el inicio de la enfermedad y el
fallecimiento suele girar en torno a los 20 años.
Existen formas juveniles de corea de Huntington que pueden presentarse entre
los 2 y los 20 años; en estas formas predomina la rigidez y la corea no es
una manifestación relevante. El nistagmus es prominente, siendo
característico de estos pacientes que la fase rápida del nistagmus tira de
la cabeza en esa dirección. Las convulsiones y la disfunción cerebelar es
también prominente.
El diagnóstico de la corea de Huntington es fácil en pacientes con síntomas
típicos e historia familiar del proceso. Sin embargo algunos procesos como
la atrofia de los núcleos dento-rubro-pálida y la enfermedad de Huntington
like tipo 2 (frecuente en negros americanos y sudafricanos) pueden ser
indistinguibles de la corea de Huntington. La neuroacantocitosis puede
mimetizarse con la cores de Huntington, pero la elevación de los niveles de
CK séricos, la arreflexia y la presencia de acantocitos en sangre periférica
son distintivos. La corea de Huntington no debería confundirse con la
discinesia tardía, corea gravídica, corea del hipertiroidismo, corea de
Sydenham (hemicorea) o la corea asociada con síndrome antifosfolípido; ya
que estos trastornos no tienen base familiar, carecen del signo de "impersistencia
motora".
Los cambios neuropatológicos en la corea de Huntington son
extraordinariamente selectivos con pérdida célular en los núcleos caudado y
putamen. Las neuronas de los fascículos estriados medios son también muy
vulnerables. Una de las característica patológicas de la corea de Huntington
es la aparición de inclusiones nucleares y citoplasmáticas que contienen
poliglutamina y una proteína anómala, parece que estos depósitos celulares
no son predictores de la progresión de la enfermedad. Por RNM o TC se hacen
evidentes una disminución del volumen del estriado y un aumento de tamaño de
las circunvoluciones frontales y los ventrículos laterales. Por RNM la
atrofia del núcleo caudado puede ser evidente 11 años antes del inicio de
los síntomas y la atrofia del putamen hasta 9 años antes.
El gen de la cores de Huntington se localiza en el brazo corto del cromosoma
4 y esta asociado con una expansión del triplete CAG, el número de
repeticiones cuando la enfermedad tiene alta penetrancia es superior a 40
veces, e inferior a 35 en los casos de baja penetrancia. El número de
repeticiones guarda relación con la edad de presentación de la enfermedad
siendo en los casos de alta prevalencia la edad de presentación precoz.
Diversos medicamentos como el levetiracetam y la tetrabenazina se han
mostrado útiles en el tratamiento de las manifestaciones coreicas. Otros
medicamentos estan en la actualidad en la fase de ensayos, algunos como la
coenzima Q10 con resultados prometedores.
Dr. José Uberos Fernández
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