(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 21 de Septiembre de 2010)
Aproximadamente el 40% de las convulsiones que ocurren en los síndrome
epilépticos tienen lugar durante el sueño. En ocasiones resulta
difícil distinguir los trastornos del sueño de los episodios convulsivos
y en opinión de muchos autores existe una marcada comorbilidad entre
ambos procesos, yendo cada uno en detrimento del otro. Se ha podido
documentar, tanto en modelos animales como humanos, el efecto activador
del despertar y del sueño NREM
sobre los fenómenos convulsivos. En el artículo de
Raffaele Manni and Michele Terzaghi. Comorbidity between epilepsy and
sleep disorders. Epilepsy Research 90 (3):171-177, 2010; se
revisa la comorbilidad existente entre epilepsia y trastornos del sueño.
La revisión de la literatura indica que la coexistencia de apnea
obstructiva-sueño y epilepsia no es un hallazgo infrecuente. La
prevalencia de apnea obstructiva-sueño entre pacientes epilépticos es
del 10.2% en adultos y del 20% en niños. Sin embargo, la mayoría de los
autores coinciden en que el diagnóstico diferencial entre las
manifestaciones propias del síndrome apnea-sueño y la epilepsia puede
presentar ciertas dificultades, los episodios de cianosis tras apnea, y
los episodios paroxísticos motores después de la apnea pueden ser
difíciles de diferenciar de los trastornos convulsivos epilépticos. La
apnea obstructiva-sueño puede tener efectos negativos sobre el control
de los episodios convulsivos, trastornos del humor, calidad de vida y
función cognitiva. Algunos estudios han comunicado un porcentaje mayor
del 30% de epilepsia refractaria entre pacientes que además padecián un
síndrome de apnea-sueño. En estos pacientes el tratamiento de la apnea
sueño con presión positiva continua en la vía aérea mediante cánula
nasal mejora la actividad epileptiforme interictal en hasta un 50% de
los casos. Se ha postulado que el síndrome de apnea-sueño puede
facilitar un aumento de la actividad convulsiva a través de varios
mecanismos, por un lado al aumentar el número de despertares durante el
periodo NREM y al incrementar los periodos de sueño diurno. La
fragmentación del sueño nocturno aumenta la frecuencia de convulsiones
principalmente en aquellas epilepsias que se activan durante el
despertar.
También es una circunstancia conocida que los defectos cognitivos son
frecuentes en la epilepsia, su intensidad y severidad varían dependiendo
del tipo de epilepsia, medicación recibida.. Los pacientes con síndrome
de apnea obstructivo-sueño en ocasiones desarrollan defectos cognitivos
similares. En el horizonte de todos estas similitudes planea la cuestión
de si los trastornos del sueño son causa o consecuencia del deterioro
cognitivo de los pacientes con epilepsia. Distintas líneas de
investigación observan que la muerte súbita es también mas frecuente
entre los pacientes con epilepsia refractaria; en estos pacientes el
papel de las comorbilidades del sueño tampoco esta claro. Se ha
documentado una reagudización de un síndrome de apnea sueño después de
una convulsión relacionada con el sueño con focalidad del lóbulo
frontal. Los mecanismos por los que las convulsiones epilépticas pueden
exacerbar un síndrome de apnea sueño no se conocen. Se postula que las
convulsiones pueden facilitar la ocurrencia de apneas al inducir
inestabilidad del sueño y favorecer los estadios 1 y 2 de sueño NREM.
Por otro lado, la sola descarga epiléptica en los lóbulos frontal o
temporal, bastan para inducir episodios de apnea.
Durante la infancia se ha documentado coincidencia de parasomnias
con epilepsia, aunque hay que decir que la coincidencia de parasomnias
relacionadas con la fase NREM (sonambulismo, terrores nocturnos) y
epilepsias es excepcional y lo habitual es que ocurran como episodios
aislados. La coincidencia de epilepsia con parasomnias relacionadas con
la fase REM es mas probable.
Dr. José Uberos Fernández
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