(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 29 de Marzo de 2007)
Podemos considerar a la espasticidad como
la mayor responsable de la discapacidad del niño con parálisis cerebral
infantil. Es la afectación de la motoneurona superior la responsable de
la espasticidad, que no afecta a todos los músculos por igual, lo que
origina un desequilibrio de fuerzas, que unido a la debilidad limita el
movimiento articular. Con el tiempo, tendones y músculos se acortan, a
la vez que los huesos continuan creciendo, apareciendo contracturas
irreductibles y deformidades osteoarticulares, que a su vez obligan al
paciente a adoptar posturas y movimientos anómalos.
Las opciones terapéuticas incluyen
fármacos, fisioterapia, terapia ocupacional, ayudas ortopédicas, cirugía
ortopédica, rizotomía posterior selectiva, ayudas técnicas para la
movilización. En general se persigue tratar antes de que el acortamiento
progresivo de músculos y tendones se haga fijo.
Se considera que el acortamiento del
músculo es una consecuencia del tono muscular aumentado, se considera
que la espasticidad interfiere con el desarrollo en longitud del
músculo; por lo que se hacen precisos estiramientos del músculo durante
varias horas al día para prevenir su contractura.
Se han comercializado dos tipos de toxina botulínica: A y B; aunque la
utilizada mas ampliamente en clínica es la toxina botulínica tipo A. La
toxina botulínica tipo A consta de dos cadenas proteicas unidas por un
puente disulfuro. La cadena pesada sirve de unión a la membrana presináptica
de la neurona colinérgica, la cadena ligera desacopla el mecanismo de
libración de acetilcolina en la terminación persináptica. Desde el punto de
vista fisiológico la toxina botulínica origina una denervación y atrofia
muscular sin ocasionar fibrosis. El efecto clínico de la toxina botulínica
oscila entre 3 y 6 meses, en este periodo se completa la reinervación.
En S. I. Pascual-Pascual, A. Herrera-Galante, P. Poo, V. Garcia-Aymerich, M.
guilar-Barbera, I. Bori-Fortuny, P. J. Garcia-Ruiz, R. Garreta-Figuera, G.
Lanzas-Melendo, I. de Miguel-Leon, F. Miquel-Rodriguez, F. Vivancos-Matellano,
and Espasticidad G. Espanol de.
[Guidelines for the treatment of child spasticity
using botulinum toxin.]. Rev.Neurol. 44 (5):303-309, 2007;
se publica un protocolo de actuación en espasticidad infantil con toxina
botulínica.
Para que la toxina botulínica sea efectiva la contracción debe ser
reductible, además debe actuarse sobre grupos musculares concretos, siempre
con la limitación que impone la dosis total administrada. Debemos estar
seguros que el problema de movimiento depende de la espasticidad y no de la
debilidad de los músculos antagonistas. Una vez administrada la toxina
botulínica debe asegurarse el estiramiento de los grupos musculares durante
al menos varias horas al día. Como norma general los principios que van a
regir la indicación de tratamiento con toxina botulínica deben girar en
torno a tres consideraciones:
-
Contractura reducible y afectación de algunos músculos.
-
Persistencia de funcionalidad del miembro, que previsiblemente pueda mejorar al disminuir la espasticidad o la distonía.
-
Compromiso de realizar fisioterapia o terapia ocupacional simultáneamente.
El objetivo de la administración de toxina botulínica es introducirla en los
puntos con mayor densidad de uniones neuromusculares que a efectos prácticos
suele coincidir con el vientre del músculo. Sin embargo, en los músculos
pequeños es preciso recurrir a control electromiográfico antes de la
inyección. En todos los casos se recomienda diluir el botox en 1-2 ml de
suero fisiológico.
Las limitaciones de la administración de toxina botulínica vienen dadas por
la dosis letal que en el ratón se ha fijado en 80 U/Kg de Botox®,
escape de la toxina botulínica fuera del músculo inyectado, desarrollo de
anticuerpos neutralizantes. La resistencia a la toxina botulínica por
desarrollo de inmunidad frente a la misma esta en relación con las dosis
empleadas y el número de sesiones previas.
En el momento actual se desconocen tanto el número máximo de sesiones
admisibles como la edad de finalización del tratamiento.
Dr. José Uberos Fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario