(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 21 de Junio de 2006)
El desarrollo en las adquisiciones del lenguaje se considera un
indicador del desarrollo cognitivo del niño. Se han descrito diversos
tipos de alteraciones que afectan a una o
a varias facetas del desarrollo del lenguaje:
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Articulación: Producción de los sonidos que componen las palabras.
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Disfluencia: Flujo interrumpido en la pronunciación de las palabras (tartamudeo).
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Lenguaje expresivo.
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Lenguaje: Proceso conceptual de comunicación, que puede ser receptivo o expresivo.
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Morfología: Reglas que afectan a la construcción de las palabras o frases.
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Fonología: Reglas para la producción de los sonidos.
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Pragmatismo: Adaptación del lenguaje al contexto social.
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Prosodia: Entonación ritmo, silencio entre palabras.
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Lenguaje receptivo: Comprensión del lenguaje.
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Semántica: Significado de los signos linguísticos que forman parte de un idioma.
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Discurso: Organización verbal del lenguaje.
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Sintaxis: Elementos lingüísticos que permiten formar frases en el contexto de un idioma.
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Desordenes vocales: Dificultad para pronunciar sonidos que componen determinadas palabras.
En el
desarrollo del lenguaje se detectan dos etapas: etapa prelinguística o
preverbal y etapa lingüística o verbal.
Durante
la etapa preverbal las necesidades homoestásicas y afectivas del RN serían
difíciles si no dispusiera de programas que le permitieran generar y
decodificar señales eficaces. Se incluyen en esta epata la prosodia y mímica
universal, el gorjeo y balbuceo, y la emisión de los primeros
bisílabos (desarrollo fonológico) entre los 8 y 18 meses, unas veces
directamente pasando del balbuceo a los bisílabos, otras alternando balbuceo
y bisílabos y otras tras un período de silencio hiatus fonético en que el
niño llega a preocupar porque no habla nada, hasta que súbitamente inicia
las primeras palabras. Existen una serie de mecanismos apoyados en la básica
dotación innata que facilitan el desarrollo fonológico:
-
Los analizadores exteroceptivos, le permiten al niño distinguir los más finos rasgos de los fonemas que oyen.
-
Analizadores propioceptivos que permiten no solo oír los sonidos emitidos por él, oyéndose a sí mismo, sino lo que es más importante, identifica sus propios sonidos innatos del balbuceo con los que él oye. Curiosamente, lo que el niño oye es lo mismo que él emite.
-
Analizadores cinestésicos y cinéticos. Interactúan controlando los esquemas motóricos subconscientes que memorizan y graban en sus circuitos cinestésico-cinéticos de su memoria fonológica permitiendo su autocorrección y repetición.
El
déficit de algunos de estos mecanismos sería causa del fallo del desarrollo
fonológico.
Durante
la etapa verbal ocurren el desarrollo morfosintáctico con la adquisición de
la sintaxis.
Durante el periodo
preescolar (niños de 2 a 5 años) la prevalencia de estos trastornos se
estima en 5-8%. Los factores de riesgo de retraso de la vocalización o
el lenguaje identificados con mas frecuencia son la existencia de
antecedentes familiares al respecto, la existencia de factores de riesgo
perinatal y sexo masculino. H. D. Nelson, P. Nygren, M. Walker, and R.
Panoscha.
Screening for speech and language delay in preschool
children: systematic evidence review for the US Preventive Services Task
Force. Pediatrics 117 (2):e298-e319, 2006;
evalúan mediante una
revisión sistemáticas las evidencias existentes sobre la utilidad del
screening de los trastornos del lenguaje en diferentes edades. De los diversos instrumentos disponibles
para valorar los trastornos de la vocalización y el lenguaje queda
patente en las revisiones sistemáticas disponibles hasta la fecha la
gran variabilidad en la sensibilidad y especificidad de estos elementos
de screening. Los estudios sobre intervención en el desarrollo del
lenguaje en niños de 2 a 5 años muestran mejoras significativas en el
lenguaje receptivo y expresivo. Las mismas actuaciones en niños mayores y
adolescentes obtienen resultados menos satisfactorios en lo relativo al
desarrollo del lenguaje receptivo.
Dentro de los
trastornos expresivos, el retardo madurativo. Constituye el motivo más
frecuente de consulta. El desarrollo psicomotor es normal y no existen
problemas neurológicos. El retardo de las primeras palabras, que ocurre
alrededor de los 2 años y primeras combinaciones sintácticas hacia los 3
años. La sintomatología está protagonizada por la lentitud en la adquisición
de nuevos fonemas, la abundancia y persistencia de las dislalias y el
retraso en el dominio del léxico. La comprensión semántica, sintaxis e
incluso pragmática no se afectan o lo hacen en grado mínimo. Se trata de un
proceso con buena evolución y normalización del lenguaje hacia los 5 años.
Orienta en su diagnóstico la existencia de los siguientes datos: a)
Comprende órdenes antes del año (palmas, palmitas, etc). b) Primeras
palabras después de los 2 años pero antes de los 3. c) Pese a las dislalias
los fonemas que domina los realiza con un acento bueno y sin distorsiones.
d) Mantiene una actitud comunicativa. De progresión mas lenta que el retardo
madurativo, pero igualmente de buen pronóstico es la disfasia benigna, en
ella las primeras palabras ocurren a los 3 años, las primeras combinaciones
sintácticas a los 4 años y la normalización del lenguaje entre 7 y 8 años.
Los trastornos
receptivos son menos frecuentes pero mas graves que los trastornos
expresivos. Existe un fallo de los mecanismos decodificadores verbales, lo
niños oyen pero no comprenden lo que oyen (agnosia verbal). La capacidad de
comprensión del lenguaje puede ser nula, sin embargo en su entorno nadie
duda de su agudeza auditiva. Se trata de un conjunto de procesos donde lo
que se altera es la comprensión verbal, es decir el paso del lenguaje al
pensamiento, cuadros con un denominador común -la agnosia verbal- pero con
sutiles matices y diferencias según el nivel afectado.
Dr. José Uberos Fernández
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