(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 6 de Junio de 2005)
La prevalencia de epilepsia en la población
general según las series oscila entre 1.1-2.2%. Las convulsiones se
pueden clasificar atendiendo a su forma de presentación o etiología.
Según su forma de presentación distinguimos entre convulsiones
generalizadas si se afectan todas las áreas del cerebro (ambos
hemisferios) o parciales cuando tan sólo se afecta un porción del
cerebro. La mayoría de las convulsiones ocurren cuando el paciente esta
despierto, pero en un 25% de los casos ocurren durante el sueño. Las
convulsiones parciales pueden ser subclasificadas en simples, cuando no
hay pérdida de conciencia; o complejas cuando hay pérdida de conciencia.
Las convulsiones sintomáticas son aquellas que
tienen una causa identificable, como un traumatismo craneoencefálico,
trastorno metabólico, etc.
La evaluación de un paciente que ha tenido una
convulsión debe detenerse en primer lugar en verificar la normalidad de
los signos vitales y de que ha cesado la actividad comicial.
A la luz del artículo publicado por S. Shinnar, C. O'Dell, and A. T.
Berg. Mortality following a first
unprovoked seizure in children: a prospective study. Neurology 64
(5):880-882, 2005, surge la cuestión de cómo actuar ante un niño que
presenta su primera convulsión no febril.
Es un hecho conocido que la mayoría de los niños que presentan un primer
episodio convulsivo no vuelven a presentar un segundo episodio. Diversos
informes han relacionado riesgo de muerte súbita o epilepsia intratable
con convulsiones no tratadas; por otro lado, en estos niños la
prescripción de un tratamiento anticomicial tiene indudables efectos
sobre su nivel de adquisiciones cognitivas, esta es la razón que ha
llevado a S. Shinnar y cols a estudiar de forma prospectiva la
mortalidad en una cohorte de 407 niños que presentan una primera
convulsión. En esta cohorte de estudio la mayoría de las muertes se
producen en niños con alteraciones neurológicas de base. Los niños con
una primera convulsión sin enfermedad de base muestran una mortalidad
similar a los niños sin episodio convulsivo. Además en este trabajo se
concluye que el tratamiento anticomicial tras una primera convulsión no
altera la mortalidad a largo plazo. Sobre este respecto Mary L. Zupanc,
publica en editorial en este mismo número de Neurology con el siguiente
título: The first seizure in childhood:
Don't just do something, stand there! Neurology 64:774-775, 2005.
Así pues ante una primera convulsión en un niño sano lo indicado es no
iniciar de entrada tratamiento anticomicial, lo que el título del
editorial refiere: ¡estarse quieto!.
La evaluación diagnóstica es sólo una urgencia si el niño presenta un
estado epiléptico, en los restantes casos podrá ser demorado su estudio
hasta ser visto en consulta. Los predictores de recurrencia en una
convulsión aislada incluyen:
-
Lesiones del SNC.
-
EEG patológico.
-
Presentación durante el sueño.
-
Historia de convulsiones febriles previas.
-
Presentación de paresia de Todd.
Incluso en los niños que presentan una o dos crisis adicionales la
mortalidad con o sin medicación anticomicial es muy baja. Estos
hallazgos modifican parcialmente las recomendaciones de Comite de
Estándares de la Academia Americana de Neurología que en su informe
último publicado en el año 2003: D. Hirtz, A. Berg, D. Bettis, C.
Camfield, P. Camfield, P. Crumrine, W. D. Gaillard, S. Schneider, S.
Shinnar. Practice parameter: treatment of
the child with a first unprovoked seizure: Report of the Quality
Standards Subcommittee of the American Academy of Neurology and the
Practice Committee of the Child Neurology Society. Neurology 60
(2):166-175, 2003, indicaba que el tratamiento de una primera
convulsión disminuía el riesgo de recurrencia y aunque a largo plazo no
se encontraba diferencias entre niños tratados y no tratados, se
indicaba que el planeamiento de tratamiento anticomicial debería ser
individualizado, valorando tantos antecedentes familiares y personales.
Dr. José Uberos Fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario