domingo, 30 de abril de 2017

Corticoides y epilepsia infantil

(Reseña publicada en la WEB de la SEEAP el 5 de Marzo de 2007)

La primera descripción de la utilidad de los corticoides en epilepsia data de 1958, fecha en que Dusaucy-Bauloye, observan mejoría en la clínica, pronóstico y EEG de pacientes con síndrome de West tras la utilización de ACTH. Entre el 50-75% de los espasmos infantiles mejoran tras una semana de tratamiento con corticoides. Algunos estudios han observado que no existen diferencias entre la utilización de corticoides orales (2 mg/Kg/día de prednisolona) o IM (20 UI/día de ACTH).
La experiencia sobre el uso de corticoides en otros síndromes epilépticos es limitada. Los corticoides pueden ser de utilidad en pacientes con síndrome de Lennox-Gastaut, se ha descrito mejoría tras tratamiento con ACTH a dosis de 10-30 UI/día. En otros ensayos se propone una dosis inicial de ACTH de 150 UI/m2/día durante una semana, continuando con 75 UI/m2/día la semana siguiente, para continuar con 75 UI/m2/día a dias alternos durante 2 semanas, con descenso gradual de la dosis en las siguientes 7 semanas.
En el síndrome de Landau-Kleffner se han utilizado los corticoides con buenos resultados, solos o asociados a valproato. La encefalopatía mioclónica también ha sido tratada con corticoides, con resultados variables.

R. Gupta and L. Appleton. Corticosteroids in the management of the paediatric epilepsies. Arch Dis Child 90:379-384, 2007; revisan en su artículo las indicaciones de los corticoides en epilepsia infantil.
El mecanismo de acción de los corticoides en la epilepsia infantil no esta claro; se han propuesto diversos mecanismos:
  • Corrección de sistemas enzimáticos deficientes.
  • Cambios en el cociente de electrolitos intra/extracelulares.
  • Corrección de hipoglucemia o bajos niveles de glucosa intracelular.
  • Disminución del contenido de agua cerebral.
  • Efecto antiinflamatorio.
  • Modulación - supresión inmune.
En la actualidad los corticoides se consideran como tratamiento de primera línea en el síndrome de West y síndrome de Landau-Kleffner. Pudiendo ser utilizados como monoterapia en el síndrome de West, pero habitualmente asociados a valproato o clonacepan en el síndrome de Landau-Kleffner.
 
La ACTH podría además sumar su efecto estimulante del eje hipofisario-adrenal y secreción de glucocorticoides endógenos y a través de un efecto feedback negativo, disminución de la secreción de CRH. Podría actuar además como un modulador de la secreción de adenosina intracelular y la expresión de los receptores GABA.
No debe perderse de vista que el tratamiento con corticoides o ACTH puede originar diversos efectos secundarios entre los que se citan: síndrome de Cushing, trastornos electrolíticos como la hipokaliemia, hiperglucemia e intolerancia a la glucosa, osteoporosis, infecciones, hipertensión arterial y dilatación ventricular usualmente reversible.

Dr. José Uberos Fernández

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