domingo, 30 de abril de 2017

Síndrome autonómicos en edad pediátrica: Una revisión sobre el tema

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 4 de Diciembre de 2006)

  El desarrollo del sistema nervioso autónomo esta íntimamente relacionado con el desarrollo del sistema nervioso sensorial. Ambos tienen su origen en las células de las crestas neurales pluripotenciales; estas células migran y originan la formación de los ganglios nerviosos sensoriales o autonómicos. A lo largo de su migración la exposición a diversos factores de crecimiento determina la maduración en un sentido u otro. Se ha postulado que algún trastorno genético que afectase a la migración de estas células originaría alteraciones en la diferenciación de las células sensoriales o autonómicas. Diversos factores de crecimiento se han identificado y juegan un papel crítico en el desarrollo del sistema nervioso autónomo (MASH1, PHOX).


El sistema nervioso autónomo origina respuesta fisiológicas que son decisivas para la adaptación del organismo a situaciones estresantes. Tanto para el sistema nervioso simpático como parasimpático, la inervación preganglionar es fundamentalmente colinérgica, con liberación de acetilcolina en la sinapsis ganglionar. Para el sistema nervioso simpático, la norepinefrina es el principal neurotransmisor postganglionar; si bien, otros neurotransmisores pueden ser también importantes a este nivel como la dopamina, péptido intestinal vasoactivo y sustancia P.
  Aunque tradicionalmente se acepta que los sistemas simpático y parasimpático son antagónicos, esto no siempre es cierto (ver Tabla).  Gran variedad de las funciones del sistema nervioso autónomo periférico son reguladas por los núcleos autonómicos centrales.
Algunos de los trastornos autonómicos son apreciables ya al nacimiento o durante el primer año de vida, en ocasiones resultado de trastornos genéticos que interfieren con la migración neuronal, otros como resultado de la prematuridad o de disfunción central generalizada.

Neuropatías sensoriales y autonómicas hereditarias. Con excepción de la neuropatía espinal sensorial hereditaria que tiene una herencia autosómica dominante y se manifiesta en la segunda década de vida, los otros trastornos tienen una herencia autosómica recesiva y son evidenciables desde el nacimiento. La insensibilidad al dolor y la anhidrosis son as manifestaciones mas frecuentes.
Disautonomía familiar. El gen ligado a este trastorno es el IKBKAP, relacionado con la síntesis de una protein-kinasa. El 99% de los pacientes con disautonomía familiar son homocigotos para una mutación en el intrón 20, que origina una drástica disminución en la expresión de esta proteína kinasa. Los estudios histológicos han demostrado disminución de las pequeñas neuronas y neuronas no mielinizadas del sistema nervioso periférico sensitivo y autónomo. La percepción del dolor y la temperatura esta disminuida, aunque menos que en las otras neuropatías sensoriales hereditarias. Los reflejos corneales y tendinosos están hipoactivos, la sensibilidad dolorosa cutánea y ósea esta disminuida, aunque no ausente. La sensibilidad visceral esta conservada. La percepción de los sabores esta disminuida, como consecuencia de la disminución de pailas fungiformes. Con la edad la sensibilidad vibratoria disminuye y dificulta la coordinación motora. Los trastornos autonómicos son frecuentes y afectan tanto a tractos nerviosos periféricos como centrales. La ausencia de lágrimas, el reflujo gastroesofágico aumentado facilita los procesos aspirativos y la enfermedad pulmonar crónica. Los episodios de nauseas y vómitos pueden ser desencadenados por estrés emocional o físico, durante estos episodios no son infrecuentes la taquicardia y la hipertensión. Las alteraciones vasomotoras y cardiovasculares se manifiestan por eritema cutáneo e hiperhidrosis; durante estos episodios los pacientes pueden manifestar tanto hipertensión marcada como episodios de hipotensión postural sin taquicardia compensadora. Existe hiperrespuesta a los agentes colinérgicos y adrenérgicos administrados por vía subdérmica.
La siguiente Tabla reproduce las manifestaciones por aparatos asociados a los trastornos del sistema nervioso autónomo.
Insensibilidad congénita al dolor con anhidrosis. Se debe a una mutación en el receptor de la tirosina kinasa neurotrófico tipo 1. Se caracteriza por anhidrosis, que es probablemente secundaria a una lesión en los núcleos simpáticos toracolumbares. Como resultado de la anhidrosis los episodios de fiebre son frecuentes. La insensibilidad al dolor es profunda y puede originar automutilizaciones. La anhidrosis también contribuye al aspecto de la piel que es mas fina, con liquenificación de las palmas, uñas distróficas y áreas de hipotricosis en el cuero cabelludo. Como reflejo de la disfunción parasimpática los pacientes presentan miosis que desaparece con la instilación de mecolil. A diferencia con los pacientes de disautonomía familiar la respuesta emocional es normal, no hay acrocianosis y la respuesta cardiovascular es normal. La sensibilidad térmica esta disminuida, pero los reflejos osteotendinosos están intactos. La hipotonía y los trastornos del desarrollo son frecuentes, se ha descrito a sociado a trastornos de hiperactividad.
Síndrome de Allgrove. Se debe a una alteración en el locus 12q13. Inicialmente denominado síndrome de triple A, descrito en 1978 y con herencia autosómica recesiva. Se caracteriza por la triada de resistencia a la ACTH, acalasia y alácrima. La edad de inicio de estas manifestaciones es variable y algunas de estas manifestaciones pueden estar ausentes en algún paciente. La disfagia esta presente y es secundaria a la acalasia y a la ausencia de secreciones salivales. Las manifestaciones neurológicas son secundarias a la degeneración sensorial y motora, neuropatía óptica y degeneraciones cerebelosas. Las alteraciones autonómicas predominantes involucran al sistema nervioso parasimpático e incluyen alácrima, síndrome sicca, queratoconjuntivitis, anormalidades pupilares con hipersensibilidad a la pilocarpina y alteraciones en la acomodación visual.
Otras alteraciones autonómicas menos frecuentes pueden ser consultadas en la revisión de F. B. Axelrod, G. G. Chelimsky, and D. E. Weese-Mayer. Pediatric autonomic disorders. Pediatrics 118 (1):309-321, 2006

Dr. José Uberos Fernández

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