domingo, 30 de abril de 2017

Suplementación con omega-3 en el defecto cognitivo y de atención

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 9 de Febrero de 2009)

Frecuentemente surge la pregunta entre os padres sobre la utilidad de la suplementación alimenticia en la mejora de la actividad escolar. Se han utilizado con estos fines, vitaminas, minerales y últimamente surge la cuestión sobre a utilidad de los ácidos grasos de cadena larga, en particular los omega-3. Con este objeto Natan Gadoth. On fish oil and omega-3 supplementation in children: The role of such supplementation on attention and cognitive dysfunction. Brain and Development 30 (5):309-312, 2008; desarrollan esta revisión para intentar aclara el problema. El interés por los ácidos grasos poliinsaturados se remonta a la década de los 80, tras comprobar que su consumo regular se relacionaba con menor riesgo de aterosclerosis e infarto de miocardio, de esta fecha datan los primeros informes que parecían sugerir influencias sobre el neurodesarrollo. La nomenclatura de los ácidos grasos poliinsaturados se realiza en función del número de carbonos de su cadena y la posición del primer doble enlace en relación al último grupo metil (CH3), este último carbono del grupo metilo se denomina omega (ω). Se trata de ácidos grasos esenciales ya que los vertebrados son incapaces de sintetizarlos de novo. El ácido linolenico con 18 carbonos y 3 dobles enlaces es el primer ácido graso poliinsaturado que posee el doble enlace en posición 3, se metaboliza hacia ácido eicosapentanoico y docosahexaenoico, que comprenden el grupo de ácidos grasos omega-3. De forma similar el ácido linoleico se metaboliza hacia ácido araquidónico, que comprenden  el grupo de ácidos grasos omega-6.
Los ácidos grasos poliinsaturados comprenden el 15-30% del peso seco del cerebro. Se ha comprobado que tanto los ácidos grasos omega-3 como omega-6 son esenciales para el desarrollo, maduración del cerebro, se ha comprobado que la disponibilidad de ácido docosahexaenoico puede afectar a la fluidez de la membrana, función de la barrera hematoencefálica y actividad serotoninérgica y dopaminérgica. Un metanálisis realizado con todos los ensayos clínicos aleatorizados que utilizan suplementación alimentaria con omega-3 observa que existe escasa evidencia de que se mejore el neurodesarrollo de los pacientes con esta intervención. Los efectos de la suplementación alimentaria en recién nacidos prematuros son poco concluyentes. Hasta la fecha tan solo dos estudios desarrollados por Richardson AJ en 2005 y  por Wozniak J, en 2007 demuestran efectos valorables de la suplementación de la dieta en la mejora de la coordinación y en la clínica de los pacientes con trastorno bipolar.

Dr. José Uberos Fernández 

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